Igual que los bebes chupan todo lo que pillan cuando les están saliendo los dientes, yo mordía todo lo que veía. Esta alfombra era mi preferida. También me gustaba mucho la pata de la mecedora, pero me chillaban cada vez que oían un ruido raro. Cuando me llamaban la atención intentaba disimular chupando la madera, pero, no sé cómo, en cuanto le hincaba el diente, se daban cuenta y me decían que parara.
Un día pillé por banda una sillita de madera muy antigua que tenía Clara en su estantería y la rompí. Jo, ¡cómo se enfadó! ¡Me encerró en el cuarto de baño a oscuras! No debió de ser más de un minuto, pero se me hizo eteeeerno.
Tosco, con Clara no te juntes, no te conviene…
Es verdad, desde que trabaja que As.com y se sienta al lado del chico del Athletic Club, se está volviendo muy rarita 😉
¿Es que hay alguien del Athletic? jajaja, por decir eso de Clarita.
Sí, Abel, el que quiere comprarnos a Tosco 😉
[…] 1. Tienen que averiguar qué pueden morder para que no les grites. Ya hablé de eso en una de mis primeras entradas de este blog: Morder. […]